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Batallas de la Guerra

El Asalto de Chapultepec (el ataque del general Quitman)

Cuando el general estadounidense Winfield Scott ordenó la toma del castillo fortaleza mexicano de Chapultepec, planeó asaltos coordinados por parte de dos divisiones: la del general Gideon Pillow, que atacaría por el este desde el tan costosamente ganado Molino del Rey, y la del general John Quitman, que se dirigiría al norte hasta la calzada de Tacubaya para aislar a la guarnición mexicana de los refuerzos. Mientras Pillow se encargaba de absorber el impacto del ataque principal al fuerte mexicano, Quitman tendría la importante tarea de inmovilizar dos brigadas mexicanas cercanas situadas al este.

Las armas estadounidenses golpearon con fuerza y violencia las posiciones mexicanas durante más de un día antes de que, el 13 de septiembre, Pillow lanzara su asalto cuesta arriba por el oeste de Chapultepec.. Su avance señaló un movimiento parecido al mando de Quitman, que avanzó por el camino hasta unos ochocientos metros de Tacubaya. Una brigada atrincherada al mando del general Joaquín Rangel detuvo el avance de Quitman a apenas unos cuantos cientos de metros del cruce con el camino que conducía a las puertas de la Ciudad de México. Quitman ordenó al general Persifor Smith que moviera su brigada al este, mientras el general James Shields giraba hacia el oeste para unirse al ataque de Chapultepec. El teniente coronel Samuel Watson y su batallón de marines mantuvieron la posición del camino e intentaron llevar a cabo el plan original de Quitman.

El comando de Shields abrió una brecha en la muralla sur de la fortaleza mexicana y se unió a los hombres de Pillow que avanzaban por la izquierda. Los dos comandos fusionados llegaron a los pies de las murallas del castillo mismo, levantaron escaleras para escalarlas y concluyeron la toma del Castillo. A media mañana Chapultepec había caído. Mientras Shields y sus hombres atacaban, el general Smith, el teniente coronel Watson y sus baterías de apoyo finalmente retiraron a Rangel de su posición y la caída de Chapultepec provocó que toda la línea mexicana cediera y se replegara hacia las puertas de la Ciudad de México. El combate ocasionó 2,000 bajas mexicanas y 450 estadounidenses.