Los Consecuencias
El legado de la guerra entre Estados Unidos y México
Miguel Angel González Quiroga
Universidad de Nuevo León
Al hacer un repaso de la guerra entre Estados Unidos y México, sin tomar en cuenta asuntos geopolíticos, nos queda una impresión diferente sobre lo que se ganó y lo que se perdió. Se ha dicho que Estados Unidos obtuvo tierra y México lecciones. Sin embargo, la repentina adquisición de la tierra se convirtió en una carga. Volvemos otra vez a Walt Whitman. En 1856 escribió en su canto al camino abierto: "En la esencia de las cosas se provee que cualquier realización del éxito, no importa cuál, surgirá algo que hará que sea necesario un esfuerzo mayor". ¿Se puede ver esto como una premonición de la guerra civil que rápidamente se aproximaba?
¿Y México? Se entiende que aprendió algunas lecciones valiosas, no siendo la menor de ellas un creciente sentido de nacionalismo. Sin embargo, no se levantó como el ave fénix de las cenizas del conflicto, como lo hicieron en este siglo Alemania y Japón. Ciertamente, México se había elevado muy poco en los treinta años previos a la guerra. De alguna manera, todavía aguardamos su resurgimiento.
Mucha de nuestra gente sigue lamentando la tierra que se perdió. Creo que debemos dejar de preocuparnos por ello. En última instancia, una nación no se mide por la cantidad de tierra que posea, sino por la calidad de su gente y por la fuerza de sus instituciones. ¿Acaso naciones islas no se han convertido en imperios mundiales?
Después de siglo y medio, estamos lo suficientemente lejos del conflicto para analizarlo con inteligencia serena, conscientes de sus muchas complejidades, atentos a las pasiones que suscitó pero firmes en nuestra misión de llegar a la verdad.